Personas que transitan frecuentemente por esta ruta compartieron sus experiencias
Por: Christián Gutiérrez / Lizbeth Serriteño
Morelia, Michoacán a 8 de febrero 2024.- Palabras altisonantes y señales obscenas son principalmente como demuestran su enojo los normalistas de Tiripetio a los conductores que se niegan a dar de su dinero al circular por la carretera Morelia-Pátzcuaro. En entrevista para Esfera Noticias cuatro personas que transitan frecuentemente por esta ruta compartieron sus experiencias con los retenes orquestados por los futuros maestros de Michoacán.
Desde hace alrededor de 20 años Juan Manuel Salinas transita de una a dos veces a la semanas por el lugar con la finalidad de visitar a su familia, señala que en un principio por empatía les donaba unas monedas, pero desde hace 10 años se ha negado debido a que en su opinión “Botean por negocio”, además de la mala actitud que tienen los jóvenes.
“Quieras o no le quitan unos segundos a uno ahí, porque hacen que te pares, tapan toda la carretera, se ponen en una orilla, en el centro y en la otra orilla, o sea tres filas, entonces te hacen parar”.
Por su parte, Lizbeth Duran de 27 años y quien maneja la mayoría del tiempo sola de dos a tres veces por semana sobre esta carretera, apunta a que la mirada penetrante de los normalistas es la que intimida, aunque de un tiempo para acá evade sus ojos y ello se limitan a agredirla mediante el verbo.
“Te dan miedo, cuando pasas frente a ellos, la mirada que tienen (…) se acera mucho, por precaución se uno va frenando, pero sí se acercan mucho al vehículo. Mientras más les damos, los estamos mal acostumbrando a que sigan pidiendo, yo prefiero no darles”.
Zair Valencia es otro de los referentes jóvenes que para llegar a Uruapan tiene que pasar por esta ruta de ida y vuelta, en su relato comenta que en una ocasión uno de los quejosos al prever que su petición económica no sería aceptada acercó uno de sus pies a las llantas mientras el vehículo estaba en movimiento “Afortunadamente no pasó nada, es un riesgo alto para ellos y para los choferes porque en ocasiones sólo ponen un cono y a veces ni eso”, dice.
Por su parte Julieta Gutiérrez, quien transita de lunes a viernes por la misma ruta apunta a que los jóvenes la reconocen y como saben que su respuesta será un no, ya espera los gritos a su paso. “Los que transitamos diariamente por ahí ya nos la sabemos y obviamente ya entramos y empezamos a bajar velocidad, te exigen prácticamente que te detengas”.
