Por: Alejandro Carrillo L.
El pasado sábado 27 de agosto en la ciudad de Morelia se celebró la asamblea de consejeros distritales del partido MORENA, la consigna principal era elegir la nueva estructura direccional que ocuparía el instituto político y que acabaría por proponer el tan anunciado Juan Pablo Celis, quien es regidor con licencia de la ciudad para ser el nuevo dirigente.
Es curioso que las resoluciones sean anunciadas con tanta antelación en los pasillos políticos (columnistas, actores políticos), no es sorpresa que el Regidor con licencia ocupe la dirigencia, sin importar la calidad de “desconocido” que ostenta y que como usted ya lo pudo leer en la columna de Christián Gutiérrez el nuevo Morena de Michoacán, tendrá esto sus ventajas y por ende sus inconvenientes.
La distribución de la nueva estructura partidista coincide con este tipo de perfiles: desconocidos afines a los grupos o tribus como generalmente se hacen llamar en los partidos que se autodenominan de “izquierda”. Sin embargo, esto es lo que ha llamado la atención, uno de los perfiles más fuertes de la entidad ha quedado fuera de la estructura y no se me podría dejar mentir pues el Profesor Raúl Morón Orozco, ex presidente municipal de Morelia (en su actividad más reciente) y el candidato a la Gubernatura del Estado de Michoacán y quien sin ningún problema sería hoy el titular del Poder Ejecutivo de la entidad salió del recinto como muestra clara de la desaprobación de lo que ahí iba a acontecer. Junto con él se anuló al grupo de quien también fuera secretario del ayuntamiento y presidente interino de la capital michoacana el Lic. Humberto Arróniz. Dos grupos políticos con estructuras recientes de las cuales se apoyaron quienes hoy están al frente. Morena hace recordar mucho la frase de ¡muere el rey, viva el rey!
Lo sucedido el sábado pasado no es novedad, o no lo seria si habláramos de partidos como el PRI, el PAN, el PRD y todos los tradicionales del siglo pasado, donde las estructuras partidistas se afianzan solo en la apertura de grupos afines a un propósito que no tiene nada que ver con los documentos básicos del partido, sino con la posición de poder que implica estar vigentes en el escenario político. Morena esta vez actuó como sus adversarios, cerro puertas y lo hizo a estructuras que tienen cierto grado de consolidación, eso es una práctica vieja en un partido que es nuevo en la fisonomía política moderna de nuestro país.
En lo personal a mí me quedan dos posibles conclusiones:
O se quiere borrar el estigma de que el gobernador Bedolla Ramírez es tal, solo gracias al apoyo del Profesor Morón o MORENA Michoacán apoyara a un candidato presidencial distinto con el que abiertamente está relacionado el Exedil. Cualquiera de las dos solo desarticula la unidad y más temprano que tarde unos a otros se tratan de anular.
La unidad política se practica desde las bases y no hay mejor escenario que en la estructura de los partidos. Juan Pablo Celis tiene una oportunidad aquí, de lo contrario las conclusiones dichas un párrafo arriba irán adquiriendo más fuerza conforme el tiempo vaya avanzando
Eppur si muove