Por: Alejandro Carrillo L.
Se ha definido con gran inquietud que la coalición “va por México” tiene gravísimos problemas respecto a sus resultados, su efectividad no alcanza si quiera la mediocridad, en el México de hoy eso es lo de menos para los propios dirigentes, mientras se puedan mantener en su partido como tales garantizaran por lo menos para el 2024 situarse a si mismos dentro de algún espacio plurinominal del Estado mexicano o en su defecto enlistar a quienes les deberán ese favor por tres o seis años más. Sin embargo esto no se esta desarrollando como estos lo creerían, en el PRI se ha logrado lo impensable pero necesario, los exdirigentes y priistas destacados (en nombre) han salido a exigir la renuncia del dirigente priista, una primer reunión a puerta cerrada genero el encono ya pronunciado, y las versiones no oficiales demostraban que derivado de sus resultados era necesaria una renovación en la dirigencia del CEN, las fuentes oficiales de días después no desmintieron las primeras, los priistas usaron las redes sociales para denunciar lo que a mi percepción es el secuestro del instituto político, los priistas solicitaron una nueva reunión y el dirigente les contesto que lo que quisieran hablar con gusto lo podían hacer en la siguiente asamblea, alito bateo con el único deseo de que esa bola saliera del estadio y todo se olvidara.
El PRI esta en una crisis viva, su aliado fuerte el PAN se distancia de él por necesidad de supervivencia política y porque justo al interior de ese panismo empieza a hervir el agua a la misma temperatura que el primero. Lo mejor será que los exdirigentes no suelten el tema, Alejandro Moreno esta desprestigiado por sus llamadas telefónicas, sus escasos resultados y sobre todo por su falta de integración con el priismo mexicano. De lo contrario no habrá sorpresas para el 2024, la gestión de resultados electorales es la misma con la que trabajarían para esa elección, el tiempo corre y en política no saberlo aprovechar tiene un costo altisimo. El resultado de que los priistas exigan la renuncia de su dirigencia tiene dos posibles resultados y ambos serian buenos para ese instituo político, en el primer escenario Alejandro Moreno se va entiende que le conviene ser participe de la ola de liderazgos priistas y el PRI entonces tendría una nueva oportunidad de renovarse; en el segundo escenario habría choque de fuerzas entre un priismo que se proclamara como real (el opositor) y un priismo que se arropara de su institucionalidad genética, entre ambos se desgarraran y ganara el que más camino tiene (por lo general termina ganando la oposición que hace mas ruido y se arropa de la perdida de confianza en el liderazgo) el resultado es que Alejandro Moreno se iría y pasaría lo mismo que en el primer escenario pero tarde.
Lo que hicieron los ex dirigentes del PRI al alzar la voz fue generar una narrativa política, “el PRI esta secuestrado”, la actitud de alito les ayuda mucho a reforzar esa historia, ¿quién se atreverá a salvarlo?
Eppur si muove
A regañadientes. ¿En el BedollaFest donde estuvo el artífice de la campaña? ¿Donde estaba el profesor Raúl Morón? En política la forma es fondo, se tenia que decir y se dijo.
