La carta firmada por 59 Senadores deja mucho que desear, la ceguera voluntaria, el agachismo pulcro o simulado, la intransigencia de los que se apropian la voz del alto mando, y la esperanza de otros, polarizan a nuestro México. El Senado de la República dejo en claro que quienes ocupan los escaños no saben, no entienden, y no se permiten atender el sentido de lo que esa cámara representa. Como un resumen definitorio hay que recordarles a los usurpadores que el Senado no tiene que vanagloriar a ningún presidente, esa no es su función ni en lo mas mínimo, mucho menos cuando hablamos de la Cámara en la que se encuentran depositados los ideales federales de nuestra patria. Que pena da, y no es ajena por que soy mexicano, pero ahora entiendo el porque se eleva tanto la figura del presidente, y es que no es para menos, el Señor tiene una nación, una patria y un pueblo al cual dirigirse y en cual esta dando resultados tan exorbitantes que tiene un Senado que le aplaude (este país no es demócrata y me queda muy claro que no es republicano, la división de poderes no la encuentran en la Ley porque están buscan el símbolo que divide y nos arroja el cociente), tiene un grupo de gobernadores que lo respaldan y tiene millones de ciegos a petición, por necesidad, por conveniencia e imaginarios.
Claramente la nación enunciada en la carta de procedencia ignorante no es de mexicanos, la patria no es México y el Pueblo que cuentan con becas, con salarios en las cámaras, en los gobiernos estatales y en donde la dadiva permita el conteo no es la totalidad de nosotros, entonces ¿Por qué siguen definiéndose como portavoces del todo? La respuesta es la ignorancia, y no se dan cuenta que esa (la ignorancia) es una afección que constriñe a la incipiente democracia mexicana, vuelve cancerígenas a las instituciones y mutilas las extremidades autónomas y descentralizadas. La ignorancia hace ver a los gobernantes como lideres de bandos enaltecidos desde su moral, con ellos en las buenas y en las malas, con ellos a costa del hundimiento, la ignorancia es así, es dañina, silenciosa y tan detestable que inclusive el propio daño que causa termina adjudicándoselo a quien considere contrario.
Hoy tenemos un gobierno extraviado que detesta cifras que hablan de retrocesos, crea otras que lo elevan, tenemos un gobierno sumido en el deseo de ser. Quienes han dicho que un ser humano encarna a una nación, no sabe nuestra historia y procura solamente caer en la gracia de su benefactor.
Creo desde mi punto de vista que lo que debió hacer el Senado, bajo su investidura federalista era desestimar el apoyo de los gobernadores al gobierno federal, insistir a las entidades federativas que ellos representan, que su labor en con su Estado y no con el gobierno federal, mucho menos con un partido político. ¡Que México seriamos si cada ciudadano que ocupa un cargo público entendiera y asumiera su responsabilidad!. Hagamos solo un ejercicio reflexivo, ¿la lucha por defender una transformación no termina siendo una lucha entre mexicanos, donde nosotros mismos nos asumimos como lo enemigos unos de otros? ¿Qué tan bueno es eso para nosotros? El presidente no encarna nada, no debe encarnar nada, esa no es su responsabilidad, debe servir a México y debe dar resultados, y los resultados lo definirán a él. Le duela a quien le duela, esto es así.
Eppur si muove
A regañadientes
Normalmente cuando un sistema autoritario es finiquitado, los pueblos vencedores buscan tumbar símbolos de la barbarie, lo mas común es que existan estatuas y monumentos que caracterizan a los dictadores eliminados, entonces ahí se llevan lazos y entre las manos de muchos comienzan a derribar a aquellos que se autoerigieron en bronce o piedra. En Morelia en pasados días decidieron un grupo de ignorantes derribar y descabezar un monumento a la edificación de la antigua Valladolid, nada paso, la justicia no hizo lo que debiera de hacer, eso pasa cuando los gobiernos solo son agentes de votos. La ignorancia es peligrosa, nos daña.
