Opinión
Lorena Cortés
La corrupción e impunidad es un lastre en los tres órdenes de gobierno, mientras no se resuelva no se logrará una paz sostenible en México; lograr una paz sostenible y duradera implica sin duda más que una reforma al Poder Judicial de la Federación, implica toda una reforma al Sistema de Seguridad y Justicia en México, que comience desde lo local.
En cuanto a la propuesta del presidente Obrador, de elegir a los Ministros, Magistrados y Jueces por voto popular, plantea una gran duda sobre la verdadera naturaleza de esta reforma: ¿promoverá una justicia democrática o abrirá las puertas al control político?
La iniciativa del presidente López Obrador parece una venganza personal, que una iniciativa para fortalecer al Poder Judicial como lo señala Luis Carlos Ugalde, por que la Corte le tiró a López Obrador varias de sus reformas por que eran inconstitucionales. De lo contrario cual es la urgencia de que se aprueben en septiembre cuando entre la nueva legislatura con la mayoria de Morena.
Bajo la premisa obradorista de empoderar al pueblo, la inicitiva tiene controversiales implicaciones en la práctica ya que la iniciativa de Obrador propone que sea el mismo poder legislativo, ejecutivo y tambén el judicial quienes propongan las candidaturas; tomando en cuenta el control que tendrá Morena en el poder ejecutivo y legislativo, no nos sorprenda ver de Ministro a Gerardo Fernández Noroña, al propio Mario Delgado, a Ricardo Monreal etc. Si la Corte se convierte en un instrumento de los intereses políticos de un solo partido, se socava la confianza en la independencia del poder judicial y se pone en riesgo el estado de derecho.
El caso de Bolivia, donde se implementó una reforma similar impulsada por Evo Morales, ofrece lecciones importantes para México. Aunque en teoría la elección popular de jueces podría parecer a acercar la justicia a la ciudadanía, en la práctica, como demostró el caso boliviano, terminó socavando la independencia y legitimidad del poder judicial al facilitar su captura por el poder político, actualmente el poder judical en Bolivia esta en inmerso en una severa crisis.
¿Qué significa realmente que «el pueblo de México discuta la reforma”? como lo señaló la proxima presidenta de México la Dra. Sheinbaum al finalizar su reunión con el presidente Obrador el pasado 10 de junio.
Esa ambigüedad plantea preguntas importantes sobre quién ejercerá el verdadero poder en el próximo sexenio y si se garantizará una participación informada y equitativa de la ciudadanía en este proceso crucial para el país. En un momento en que la independencia del Poder Judicial y la separación de poderes son fundamentales para el funcionamiento de la democracia mexicana.