Morena ha protegido a sus leales de la justicia en todos los casos ¿lo hará también frente a la justicia de los Estados Unidos?
Es la pregunta que Claudia Sheinbaum tiene en la cabeza y le arruina la sonrisa en las mañaneras de esta semana. Dos pilares – además de Marina del Pilar – del movimiento político que encabeza se contraponen y pueden colisionar amenazando la estabilidad de la que disfruta su partido. Morena ha prometido impunidad a sus militantes distinguidos a cambio de lealtad y sumisión, y ha cumplido puntualmente. No importa el delito, la instancia que lo persiga o la complejidad de las defensas que hayan de activarse en defensa del compañero, la élite de Morena es intocable.
Cuauhtémoc Blanco, Javier Corral, Alejandro Murat, Rubén Rocha, López Gatel, la prima Felipa, el director de Segalmex, el comisionado del Instituto Nacional de Migración, los hijos del expresidente y sus amigos y un larguísimo etcétera tienen en común que gozan de la protección del régimen sin que importe nada. La promesa de impunidad se ha cumplido inexorablemente.
Por otra parte, frente a la coyuntura del trumpismo, que ha marcado la presidencia de Sheinbaum, sólo hay una regla: yes mister president. Cerrarprotegera fronteras, decomisar mercancías chinas, perseguir migrantes, entregar narcos sin extradición, atacar al cártel consentido del sexenio pasado, discurso aparte, los caprichos de Donald Trump han sido complacidos sin chistar, hasta hoy que estamos llegando a una encrucijada, justo en las garitas de la Baja y la Alta California.
¿Qué va a hacer la 4T con el visa-gate de la gobernadora Marina del Pilar Ávila? En los medios y el discurso la protegerá de la opinión pública ¿Llegarán a los excesos del caso Rocha Moya en el sexenio pasado? Pero aún en ese caso, el gobierno de los Estados Unidos, encabezado por Biden, no hizo una imputación directa y no había declarado terroristas a los cárteles mexicanos. En un contexto muy distinto, el gobierno de AMLO quemó sus naves para defender al General Cienfuegos, y probablemente las acciones norteamericanas de hoy, se pueden explicar, al menos en parte, por aquel agravio. Hoy Sheinbaum no tiene el margen de maniobra de AMLO.
El dilema es mayúsculo. La promesa de impunidad es el pegamento que une a la 4T, romper la promesa tendría elevados costos en su cohesión, ante una amenaza de persecución sin precedentes para la corrupta clase política que ha encontrado en el obradorismo su santuario. La estrategia de contención al presidente Trump es la de rendición total a sus caprichos, excepto en el discurso, para apaciguarlo. ¿Cuál amenaza es mayor para Sheinbaum y su proyecto? ¿La disidencia interna o el acoso norteamericano? ¿Cuál será el costo de extender el velo de impunidad frente al Departamento de Justicia? ¿Cuál es el costo de romper el pacto político esencial de la 4T? Sheinbaum tendrá que responder estas preguntas más pronto de lo que cree.