En la reunión del G-20, la presidenta Sheinbaum ha propuesto destinar el 1% del gasto militar a un programa de reforestación, pero en el Presupuesto 2025 ha reducido en 40% los recursos para el medio ambiente.
Se trata de un cambio de estilo – cuando mucho –, pues Claudia Sheinbaum mantiene el núcleo duro de las políticas de su antecesor y mentor. Lo cual sorprende solo a los ilusos desilusionados. No tendría por qué ser distinto. Muy científica y muy doctora, pero el medio ambiente no es prioridad, no real, no presupuestal, que es donde las cosas se vuelven realidad. Si bien la presidenta asiste en su primer viaje internacional a una cumbre mundial, su gobierno no introduce un cambio significativo en la visión internacional. Otra vez la misma historia, miren mi programa estrella Sembrando vida, del que no importan los resultados sino el discurso y hagan lo que yo, gasten dinero en él, les regalo los derechos de autor, como en Centroamérica, donde funcionó igual que en México, sin que sepamos qué pasó.
Según el proyecto del Presupuesto 2025, los recursos para el medio ambiente se pretenden reducir de 70 mil a 44 mil millones, algo así como el 40% menos, algo no muy ambientalista, nada que presumir ante gobiernos de otros países que parecen tomarse más en serio el tema. El gasto militar en el Presupuesto 2025, está estimado en más de 150 mil millones, es decir que el 1% equivale a 1500 millones, muy poco si consideramos que el programa estrella que pretenden exportar tuvo 30 mil millones cada año del sexenio de AMLO, 20 veces más. Así que la propuesta para el gobierno actual es mera retórica que pretenderán justificar ante los países del mundo, gastando menos que antes, pero diciendo que gastan más.
La propuesta presidencial ha sido una simple bandera, un discurso vacío, para eludir una autentica rendición de cuentas sobre el cumplimiento de los compromisos internacionales de México en relación con el cambio climático y el Acuerdo de París, que es un mecanismo serio, supervisado y evaluado. Condiciones que hacen que haya caído 7 lugares en el Índice de Desempeño sobre el Cambio Climático, esté en vías de incumplir su compromiso de transición a energías limpias y no tan sorprendentemente, que haya acelerado la deforestación, con obras como la del Tren Maya, que recibirá de nuevo 30 mil millones de presupuesto en 2025, mientras presumen que plantaron mil millones de plantas en un sexenio, sin que haya más información verificable que la contradicción.
En conclusión, la propuesta ambientalista es un cascarón vacío, tanto como la política ambiental del gobierno pasado y que no cambiará, como ya está claro en el Presupuesto 2025. La costumbre de engañar de la 4T no conoce fronteras, quizá por eso les gusta poco la política internacional, pues las potencias del mundo son menos crédulas.