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Desde hace tres semanas el Fraccionamiento Villas de Tinijaro se encuentra inundado por las lluvias

120 habitantes han tenido que dejar sus casas esta temporada debido a lo complicado de la situación.

Por: Lizbeth Serriteño

Morelia, Michoacán a 3 de septiembre 2024.- Entre 450 y 500 personas se han visto afectadas en el Fraccionamiento Villas de Tinijaro, ubicado al poniente de la ciudad, donde desde hace tres semanas, según refieren los vecinos, el agua proveniente de las lluvias se ha quedado estancada, alcanzando hasta los 30 centímetros de altura.

Andrés Guerrero Gaitán, presidente del comité vecinal expuso que todas estas personas han registrado pérdidas de inmuebles, infecciones de la piel, dengue, irritación en los ojos, dolor de garganta, mientras que 120 habitantes han tenido que dejar sus casas esta temporada debido a lo complicado de la situación.

El problema también se debe a que en la parte baja del fraccionamiento, un terreno ha concentrado una gran cantidad de agua como si de un pequeño lago se tratara y lo único que detiene la entrada del líquido son costales de arena que los vecinos han amontonado para que el nivel del agua estancada en sus domicilios no se eleve aún más.

“Hay gente que se ha tenido que retirar del fraccionamiento, dejando sus casas solas hasta que pase la temporada de lluvias, sin embargo, aún así, los inmuebles son víctimas del deterioro que propicia el agua. Tenemos un par de postes que uno pasa y si se detiene dan toques. Estamos corriendo el riesgo de que con el agua nos vayamos a electrificar”, señaló Guerrero Gaytán.

Por su parte, Jesús Reynoso, padre de familia y uno de los desplazados, compartió que desde hace una semana ha dejado su hogar luego de que fue hospitalizado por una infección intestinal, pues el agua contaminada ha estado en prácticamente toda la planta baja de su domicilio.

“Hay muchísimo mosco, foco de infección posiblemente de dengue. Estuve internado un día completo, incluso me desmayé por la deshidratación que tuve. La casa está inhabitable, era una travesía de salir con los niños entre el agua, era arriesgarlos a que ellos también se enfermaran”.

A diferencia de Jesús, Julio César García Abrego no ha podido dejar su casa ante el temor de que algún amante de lo ajeno hurte las cosas que con esfuerzo ha costeado para él y su familia, obrando por quedarse en vela, durmiendo en su taxi, mientras que su esposa e hijos son acogidos en la casa de sus suegros.

“La casa ya huele a humedad. Nosotros no nos estamos quedando aquí, tenemos niños chiquitos. Yo trabajo de noche en un taxi y por lo regular me duermo afuera de la casa en el taxi y mi familia se queda con su mamá”.

Por ahora, solo esperan que las autoridades los ayuden a abrir las compuertas del terreno donde el agua se ha estancado, pues ya son tres semanas de esta situación que ha entorpecido sus modos de vida.

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