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Simulación: la enfermedad letal de las democracias

Por: Alejandro Carrillo L.

En el Senado de la República la iniciativa que se promovió con el priismo de Alejandro Moreno y que desato un nuevo romance entre el régimen y el partido respecto a promover que la institución militar se mantenga en las calles haciendo labores de seguridad publica (de policías) hasta el 2028, no fue bien recibida, incluso se pudo observar que el PRI de la Cámara Baja del Congreso de la Unión no es el mismo que el de la Cámara Alta; La historia no es tan larga, en el Senado dicha iniciativa ya convertida e dictamen se iba a desechar pues no lograba los números necesarios para aprobarse, entonces el Senador Monreal subió a la tribuna a solicitar que regresara dicho dictamen a comisiones para que se modificara y lograra la aceptación de la oposición, ya que esa acción no necesita una mayoría calificada sino una mayoría simple (la mitad más uno) que si tiene Morena y sus aliados, dicho dictamen regreso a comisiones. Desde aquí ya podemos ver una situación extraña, un Senador de Morena está defendiendo a capa y espada una iniciativa firmada por el priismo del protagonista de la “Hora del Jaguar“ en Campeche.

La iniciativa presidencial a cargo de su nuevo aliado tuvo bloqueos en el Senado, pero el Presidente no dejo verse derrotado, de inmediato el viernes 23 de septiembre en su habitual conferencia mañanera dijo de manera textual “lo mejor es hacer una consulta a los ciudadanos, que no sea un asunto cupular”, refiriéndose a que los mexicanos definan si están de acuerdo en que el  Ejército y la Marina se mantengan hasta el 2028 haciendo acciones de seguridad pública o que regresen a sus cuarteles para el 2024, esta consulta estaría a cargo de la Secretaria de Gobernación (al igual que en 1988 que era la encargada de hacer elecciones y que culmino con la caída del sistema que le dio la victoria al entonces candidato Carlos Salinas de Gortari), quitando al INE la responsabilidad que por ley le compete y restringiendo asi también los números necesarios para la correspondiente vinculación de un mandato ciudadano.

Lo curioso es lo siguiente el articulo 35 de la Constitución Política de nuestro país, señala en su fracción VIII numeral 3ro menciona que no podrán ser motivo de consulta la Seguridad Nacional y la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada permanente. Entonces, ¿Qué esta haciendo el presidente? ¿de verdad no conoce las leyes o le importan poco y a veces nada?. Lo que pasa es que desde hace tiempo que nuestra democracia se encuentra padeciendo una enfermedad que va poco a poco alterando su salud, pero que ahora que ha llegado un presidente que consiente el “conmigo o contra mi” se puede ver que la enfermedad está en su punto más crítico, esta enfermedad es la simulación. La simulación como un virus se adentra en las células de los órganos de gobierno para ir infectando poco a poco y “hacer como que se hace algo”, lo ocurrido en Ayotzinapa y las verdades históricas dadas por diferentes hombres de gobierno en ya 8 años es una simulación, la enfermedad así demuestra que altera órganos tanto de seguridad como de simple transparencia, imaginemos solo que hay obras de gobierno que están dadas a la Secretaria de la Defensa Nacional y no son trasparentes en el uso de sus recursos porque se consideran de seguridad nacional, entonces ¿si han sido proyectos austeros y eficientes o no? ¿el aeropuerto de Santa Lucia si desahoga el tráfico aéreo del propio en la ciudad de México? Todos esos números en cuanto el costo y uso de recursos están opacos, solo simulan un hecho, pero su realidad no permite contrastes. Para ser más certero y explicar en un ejemplo lo que la simulación quiere decir imaginémonos que un gobierno decide inaugurar una refinería, aun y cuando no está terminada, así lo refiere el proyecto de presupuesto de egresos para el 2023 por parte de la Secretaria de Energía.

La simulación prevé definir una opinión publica constituida en la fachada de algo mínimamente perceptible; inaugurar, vanagloriar, atacar, validar y prometer sin ningún sustento es la materia prima de este mal que daña a la democracia, pues al saberse un gobernante que lo que necesita son votos y tener a la gente afín a si mismo, entonces se da cuenta que necesita generar percepción de realidades y no realidades que se contrasten así mismas. La simulación pretende dar percepción, basta con ver las campañas políticas, fotos con la mayor cantidad de personas, fotos con perros y gatos, videos donde se note el liderazgo, fotos y más fotos, videos y más videos, la propaganda nazi así programo el triunfo de Adolfo Hitler, con percepción, los resultados ya los conocemos ¿o no?

La democracia mexicana se enferma cuando un presidente pretende promover una consulta ciudadana que sabe que la ley no le permite hacerla, pero que sin duda alguna le permite mantener su nombre en la población, les da cancha a sus corcholatas o a la corcholata más estimada por él. La receta ya la sabe el señor, pero no deja de simular la apertura democrática, menos del 1% del padrón electoral puso fin al Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM) para que el “galopante” aeropuerto del Mamut se rehabilitara y así se lavaban las manos quienes pagaron miles de millones de pesos de indemnización a las empresas constructoras del proyecto Peñista (que no se atrevió a inaugurar antes), empresas como las del grupo de Carlos Slim que sigue siendo uno de los empresarios favoritos de la cuarta transformación para ganar licitaciones cuando tiene necesidad de concursarlas. Otra simulación igual de grave fue la rifa del Avión Presidencial, no solo no se rifo, ni se vendió, sino que sigue siendo oneroso para nuestros recursos públicos, pues su mantenimiento sigue generando gasto. La simulación para llevar a la cárcel a los expresidentes ¿Cuáles resultados ha dado?;

La simulación es una fachada gigantesca, pretende construir percepción pero no cimientos; de la nada no se puede levantar un edificio, pero si un edificio ya esta construido y se simula su mantenimiento este si puede caerse, como la línea 12 del metro, como la democracia mexicana. Lo ocurrido en el Senado le permite al presidente seguir jugando, seguir simulando;

La simulación es sistémica y se defiende a toda costa, Sergio Ramos llevo a la mañanera los datos del mismo gobierno que representa el presidente y AMLO vio la forma de disminuirlo a él (ad hominem), hablando de su periódico y no de los datos. La simulación tiene cura, es la crítica, la exigencia, el contraste, la educación que anima al pensamiento, y la idea máxima de que un presidente no define a un país, ni nos define a nosotros, su trabajo debe cumplirse y los poderes coadyuvar y detenerlo cuando sea necesario, salvaguardando la libertad de los individuos que permite una democracia real y no una simulada, ya llevábamos muchos años con una dictadura perfecta, no pasemos a otra.

Eppur si muove

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