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La paradoja del barco de Teseo

La política del siglo pasado que se niega a morir

Por: Alejandro Carrillo L.

La política no es más que entendimiento a través del dialogo entre las partes para muchos políticos, para otros además de ese entendimiento se le suma la estructura de poder que norma y condiciona la relación entre los hombres y las instituciones, bajo este planteamiento la corrupción se veía como una condición que lubricaba la maquina institucional de gobierno en el siglo pasado y no como un mal al cual combatir. Si tiene alguna duda de esto, simplemente revise la normalidad con la que los gobiernos priistas (la base de la política del siglo XX) tomaban decisiones, generaban negocios personales bajo premisas aceptadas en la plataforma política “un político pobre, es un pobre político” “a veces hay que comer mierda y no hacer gestos” “en política hasta el más tullido es alambrista”, todo esto configuraba un ADN político, quien se quisiera acercar a formar parte de la institucionalidad tenía que entenderse y actuar como ese mundo lo demandaba, salirse del corral tenía distintas conclusiones, las más recurridas eran: la muerte (caso Colosio), el estancamiento o una embajada en algún país remoto y sin tanto valor para la política exterior de México.

Nuestro país camino del liderazgo emanado del carisma revolucionario (los generales de la revolución) hacia el liderazgo definido por la autoridad  racional-legal (Tipología del poder de Max Weber) solo mediante un modelo institucional, entonces la esencia del Partido que naciera en 1938 el Partido de la Revolución Mexicana se fue condicionando hacia la institucionalidad y en 1946 vio la luz el PRI, este partido gobernó en el país hasta el año 2000 y es con su estructura que las máximas dichas en el párrafo anterior proliferaron en el código genético de quienes ocupaban cargos públicos, de quienes pretendían hacer carrera en servicio público y de quienes eran los opositores, no se conocía una alternativa distinta, la política (la definida arriba) no lo permitía.

Hoy los partidos políticos están liderados muchos por ciudadanos provenientes de aquel priismo, políticos que se formaron en las filas de la institucionalidad del siglo XX, la política que conocen es parte de ellos, solo veamos sus recursos extraordinarios, los autos de Alejandro Moreno (Alito), la Casa Gris del hijo del presidente, lo contratos a sus proveedores de confianza, la carrera política apadrinada por la cercanía y amistad con quien ocupe el cargo importante, la estrecha relación con la opacidad y la incondicionalidad de los procuradores de justicia o fiscales, así como la preponderancia del Ejecutivo sobre los otros poderes que estamos viviendo hoy, pero que en 1978 Jorge Carpizo definió en un ensayo literario.

Ahora solo hagamos un análisis bajo la Paradoja con el cual se nombró este artículo de opinión, La Paradoja de Teseo se explica bajo la siguiente leyenda:

Teseo regresaba a la isla de Creta en un barco viejo junto con su tripulación, como el barco ya estaba deteriorado cada pieza que se iba dañando se iba cambiando. Durante todo el viaje que fue bastante largo el barco se terminó remplazando por completo pieza a pieza de tal forma que pudieron llegar a puerto. Entonces los filósofos empezaron a cuestionarse si el barco de Teseo era el mismo con el que habían zarpado y con el que habían llegado a la isla.

Entonces la paradoja cobro forma y está configurada como una teoría del remplazo, es decir que si un objeto se va remplazando pieza por pieza para formar otro objeto similar hasta que se forme por completo ¿Cuál sería el original? La respuesta seria ambos.

Ahora llevemos esta paradoja hacia la política mexicana, si todos los políticos formaron parte de una política diseñada en el siglo XX y aún siguen vigentes en el siglo XXI, ya sea como lideres partidistas, diputados, secretarios de Estado como Manuel Bartlett Diaz, como Omar García Harfuch hijo de priistas renombrados y funcionario del gobierno de Calderón y de Peña Nieto y muy posiblemente candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, que entonces  formaron parte del barco priista  o institucional del siglo pasado y hoy han formado otros barcos, ¿no terminan siendo lo mismo? Analicemos la paradoja y analicemos nuestras realidades, a Fox se le cuestiono haber tenido la oportunidad de modificar la vida política de México pues emanaba de un partido que por primera vez ocupaba la presidencia de México, lamentablemente no conocía una política distinta, no fue su culpa, era su ADN político. Hoy empieza a surgir lo mismo, el Presidente Andrés Manuel tiene una oportunidad que se está disolviendo poco a poco, pero no hay cambio verdadero en su estructura, programas sociales (solidaridad en el gobierno de Salinas), militarización (calderonista), acompañamiento de priistas del pasado en su gabinete, Carlos Slim y proveedores favoritos que reciben contratos de adjudicación directa y en pocas palabras un fervor desmedido hacia la cultura presidencialista del siglo pasado, ya hasta se habla de corcholatas (los destapados versión 2022). Pero no es su culpa es la política que el señor conoce, apoco cree que, si el señor Andrés Manuel López Obrador de haber ganado la elección en el 2006 no viviría en Los Pinos, o no andaría en el avión presidencial, en ese tiempo su campaña no necesitaba eso, en el 2018 era sumamente necesario.

Solo pregúntese si el gobernador o presidente municipal, diputado o senador de su distrito ha hecho ya algo diferente, ¿ya lo visita o solo sigue haciendo campaña?, no importa su partido, el sistema del siglo XX se niega a morir, solo remplazaron las piezas de aquel régimen e hicieron con esas mismas piezas otro régimen, al final los dos han sido el original.

¿Queremos cambiar las cosas? Hablemos de juventudes, de mexicanos, de Mujeres, de Niños, de adultos mayores; no hablemos de fifis vs chairos, no hablemos de ricos vs pobres, no hablemos de transformadores vs conservadores, de Mujeres vs hombres, no hagamos antagonismos, porque estos mismos condicionaron la vida política de México desde que esta Nación se hizo independiente; entonces podemos decir que ahí está el cambio verdadero, siendo mexicanos todos, ni del PRI, ni del PAN, ni de Morena, todos mexicanos.

Eppur si muove

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