Por: Alejandro Carrillo
No es algo que haya empezado a ocurrir en este sexenio lo que es cierto es que cada administración tiene la responsabilidad de hacer algo al respecto y los numero nos dicen que por lo menos en 4 años de gobierno federal no hay cambios en la gráfica que pone al alta los crímenes que se perpetran a diario en el país.
El 25 de septiembre del 2015 los países miembros de la ONU, firmaron un compromiso por alcanzar un conjunto de objetivos globales para que cada Estado contribuyera en una nueva agenda de desarrollo sostenible, estos se denominaron como objetivos de desarrollo sostenible. Uno de esos objetivos esta nombrado como “Paz, Justicia e Instituciones Sólidas” la meta número 1 de éste es que se reduzcan significativamente todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en el mundo”. Me imagino estimado lector que usted que vive la realidad mexicana se dará cuenta hacia dónde va este artículo.
El Instituto Superior de Estudios Internacionales y de Desarrollo revela que a nivel mundial 531 mil personas perdieron la vida de forma violenta en 2020, 43 mil 250 de ellas lo hicieron en México. Esto quiere decir que un 8% de los asesinatos del mundo ocurren en nuestro país. No sé si de verdad se alcance a observar el momento crítico que estamos viviendo, más aún cuando en cifras lo que va de este sexenio (casi 4 años) ya rebaso la administración sangrienta de calderón y se sabe que alcanzara (si las cosas siguen así) las cifras escandalosas del sexenio peñista.
México es uno de los 192 países que al signar los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) se comprometía a abonar a las metas que cada uno de estos especifica en su carta, y cabe destacar no por exitoso sino por todo lo contrario, que nuestro país no se ha mantenido en sus niveles en esta materia, sino que sus índices se han disparado generando rezago en este tópico.
La seguridad, así como disminución de pobreza, la creación de empleo entre otras de las tareas primarias de los gobiernos, no pueden ser objeto de una ocurrencia política, generalmente son bastión de campañas, pero eso dista mucho de la intromisión estatal que requieren estos eslabones para que se cumplan y se materialicen en la sociedad. Como lo mencione en un principio, esto no es causa de la administración actual, pero si es su responsabilidad la búsqueda de la disminución de los problemas que aquejan a nuestro país y de proyectar los mecanismos que refuercen los objetivos deseados. Los gobiernos tienen a su alcance recursos e instituciones para lograr hacer políticas públicas que bajo un método y estructura resuelvan a través de procesos las definiciones que hemos plateado renglones atrás. Así que con todo el respeto que me merece la audiencia lopezobradorista “los abrazos no balazos” no son una política pública, son ocurrencias, son mercadotecnia, es discurso.
La ausencia de profesionalismo que proporcionalmente abarca la superposición de política electoral en los servidores públicos es el ejemplo claro del resultado que tenemos por parte de nuestros gobiernos. En México no es un fracaso la política de seguridad porque no la hay, lo que ha fracasado es nuestro Estado, los números así lo avalan; las administraciones tienen el compromiso de abonar a la disminución de nuestros problemas y hasta ahorita según los números no ha cambiado nada, el fracaso de esta administración radica en eso.
EPPUR SI MUOVE
A regañadientes. En pocos días estará aquí en Michoacán el controversial Alito Moreno dirigente del PRI a nivel nacional, el comité directivo estatal mostrara su respaldo y apoyo al diputado que este envuelto de escándalos mediáticos, ¿es un acierto o un error de la dirigencia estatal? El resultado se consolidará en algunos pocos meses ya se verá.
