No sería correcto empezar la segunda parte de esta entrega, sin mencionar que el fin de semana pasado el actor y empresario Roberto Palazuelos quedó descartado como candidato por Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Quintana Roo, decisión que tomada por el dirigente del partido naranja Dante Delgado, bien podría leerse como muestra de que aún subsiste algo de vergüenza o sentido común en la clase política mexicana.
Sin embargo, frente a los propios dichos del personaje también conocido como “el diamante negro”, en vídeos, entrevistas, pasadas o recientes, en las que más pronto que tarde se reveló su peligrosa personalidad, y aun cuando gozaba de un porcentaje de conocimiento y aprobación entre los quintanarroenses nada despreciable, que oscilaba entre el 13 y el 20% según las encuestas, simpatías que le hubieran permitido dar la pelea en la disputa electoral local, su postulación en el ámbito nacional restaría más al partido de Delgado y sus pretensiones futuras de colocarle como la opción ciudadana para 2024.
Si bien no podríamos dejar de celebrar la declinación de esta candidatura, por lo que implica para la de por si deteriorada clase política y por los muchos símbolos que evidencia para nuestra lastimosa desigualdad social. Todo pareciera indicar que las motivaciones que orientaron esta decisión estuvieron situadas más en la estrategia que en el entendimiento y la reflexión profunda sobre la incursión del Mirreynato al frente de las instituciones públicas.
Por lo que la fallida candidatura no es ni será un freno para que estos hombres y mujeres pertenecientes a un ínfimo porcentaje de la sociedad, ubicados en el decil más alto de ingresos y cuyas riquezas se han hecho en complicidad con la elite gobernante, sigan intentando incursionar en la vida política. No porque en el pasado no tuvieran ninguna participación, sino porque esta relación de favores recíprocos entre el poder político y el poder económico era menos visible, ejemplos hay en todos los partidos.
El termino lo explica bien Ricardo Raphael en su libro el Mirreynato. La otra desigualdad, la trascendencia no esta en el Mirrey per se si no en lo que representa para un país altamente desigual, sí por lo que toca al ingreso, al acceso a derechos, pero con una relación adicional, con la impunidad y la corrupción, esos mismos que pueden llevar a un personaje a decir sin empacho que “matamos a dos”, que se es “amigo de un mafioson” o el hecho de verse beneficiado por una licitación directa para la construcción de una obra pública, o la venta de terrenos a sobre precio, solo por mencionar algunos ejemplos.
El contexto de alta polarización, la oposición casi desaparecida y la hegemonía política depositada en la figura presidencial, son como lo señalaba en la primera parte, el campo fértil para el surgimiento de estos neopolíticos, y que aun cuando pueda parecernos inverosímil, tienen eco en una parte de la sociedad que reconoce en el Mirrey un ejemplo o estilo de vida a seguir.
La política como acción humana es además de un reflejo de lo que somos como sociedad, una actividad con una clara vertiente pedagógica, el discurso tanto como las acciones se convierten en lecciones y ejemplo de lo que aspiramos en lo individual y como parte de una colectividad; ahí lo peligroso de normalizar los abusos de poder, la prepotencia, la arrogancia, la impunidad y la corrupción como escalones de ascenso social, de acceso y mantenimiento del poder político y económico. No, porque estas formas no existan ya de facto, sino porque da la impresión de que hay aun un poco de decoro o disimulo entre quienes forman parte de la clase política.
La nota local: En días pasados Michoacán fue noticia internacional, justo un día antes del Super Bowl, Estados Unidos anunciaba la suspensión de importación de aguacate michoacano, como resultado de amenazas a un inspector norteamericano; la decisión en contra del principal productor de aguacate en México, ponía en riesgo millones de dólares vía la exportación del oro verde, como la subsistencia de cientos de miles de productores y sus familias. La pronta actuación del gobierno estatal que llevaron a un acuerdo con la embajada es un inminente touchdown para el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, de este mismo dependerá el cumplimiento de las medidas establecidas y capitalizarle como un logro propio, sin la ayuda presidencial.
