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En defensa de la democracia.

La democracia no es tan solo un conjunto de letras, aunque lamentablemente sea tan utilizada por muchos solamente como eso, añadiéndola a un grupo de palabras y frases que Carlos Fuentes en su Silla del Águila las denomina como “palabras talismán”: “libertad”, “anticorrupción”, “reconciliación”, “pueblo”, “contra la pobreza”, “desarrollo” y muchas otras entre las cuales está añadida nuestra querida “democracia” y que es usada tanto como otras palabras para diseñar un individuo cargado de entendimiento público, de empatía con su sociedad como si esas palabras tuviesen efectos mágicos, de populismo y demagogia en los términos más correctos.

Y no es mentira, desde que emergió el periodo democrático de México o mejor dicho nuestra “fachada democrática”, los caudillos revolucionarios usaban la revolución y el proceso de la institucionalidad como elemento de legitimidad política, luego los cachorros revolucionarios y primeros profesionales del derecho usaron el desarrollo y la democracia como la base de sus administraciones, en el periodo neoliberal llego el tiempo del crecimiento económico y los tratados de ese tipo, así como el fortalecimiento de las libertades económicas y finalmente el 2000 el quiebre presidencial que hablaba de transición democrática y llevaba a la realidad el concepto que se había vitoreado tantas veces sin demostrarse de forma distinta más que en círculos muy locales.

Se pueden decir muchas cosas de nuestra historia, pero no es una falsedad que los años no han pasado en vano, hoy en día tenemos como presidente a alguien que denostó a las instituciones, que se autonombró “presidente legítimo”, sin ser electo, que se apersonalizó el término de la oposición de sistema y que aun con todo y eso, fue electo.

Presidente de la Republica, reconocido por las mismas instituciones que en su momento y hasta el día hoy calumnio y lo sigue haciendo, caminando entre los partidarios “conservadores” como el los llama, y válgase esta expresión pero el hecho de que este individuo sea hoy el encargado de la administración pública federal es una muestra clara de la madurez democrática de México.

Le pese a quien le pese, pero hoy podemos decir que gracias a nuestro sistema democrático y a las instituciones que lo afianzan como lo es el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, es que se puede ser electo independientemente del partido, pensamiento u otras nociones que se tengan.

Sin embargo el INE acaba de recibir un golpe más para ser catalogado como nuevo enemigo de la nación, y es que a expensas del recorte presupuestal que recibió para el ejercicio fiscal 2022 se ha pronunciado por posponer la llamada “revocación de mandato”, a lo que el Presidente definió, desde mis palabras, como una muestra de que el INE es una institución conservadora y que debería poner menos casillas de las necesarias o en su defecto no hay que utilizarlo (al INE) finalmente los ciudadanos podemos decidir lo que queramos sin ningún instituto que ampare la transparencia, el equilibrio y las funciones de arbitro de cualquier contienda electiva.

Que pena da la circunstancia desprendida, al presidente no se le debe olvidar que las instituciones permanecen, gracias a la historia política que las define y la legitimidad pública que las mantiene, el INE es el resultado de esfuerzos y luchas sociales que buscaban delimitar poderes y constituir el derecho que toda democracia necesita para nacer y fortalecerse: la libertad, el INE no es un resultado de gobiernos anteriores (que si bien es cierto son quienes configuran los alcances y atribuciones de estos órganos) al contrario nuestros gobiernos se constituyen igual que sus órganos, a partir de la voluntad de la gente, no olvidemos donde reside la soberanía.

Defender al INE es defender los valores que encarnaron los héroes nacionales que se encuentran en el logo de la administración federal, defender al INE es defender nuestros derechos y hay que defenderlo más, cuando es un gobierno el que lo ataca, no es la población, no es la ciudadanía, es el mismo gobierno quien está atentando contra un órgano al que le ha costado mucho ser independiente. Y a quienes creen que la democracia solo ha existido a partir del 2018, es una pena que no entiendan, al parecer, para ustedes las palabras precisas son distintas, sin embargo, les invito a defender la democracia de los ataques del presidente, cuidando una institución ciudadana que le otorgó validez al presidente que ustedes tanto quieren.

PD. Sr. Presidente a las instituciones como el INE no hay que golpearlas, hay que fortalecerlas y sí, hay que buscar que el concepto de austeridad llegue hasta su ADN, nuestra democracia es muy cara, pero si el costo garantiza la libertad del pueblo de elegir y disminuirlo atenta contra la misma, entonces no pretenda la formula de la simulación, eso y generar una fachada democrática es exactamente lo mismo y nos remitiría a destruir lo que ha costado tanto tiempo y que ha dado como resultado que cualquiera (porque puede ser cualquiera) llegue a la silla que tanto anheló y ahora ocupa.

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