A poco más de un siglo, de que “La doctrina Carranza” quedara consignada precisamente por el entonces Presidente de México, Venustiano Carranza; y la cual, trazaría como eje rector, el respeto de la soberanía de los pueblos a los asuntos internos de los países y la no intervención a sus leyes, instituciones y formas de gobierno; pareciera que dicha doctrina ha quedado rebasada por el simple paso del tiempo, o al menos, así ha sido para el aún Gobernador de nuestro Estado, Silvano Aureoles Conejo.
Lo anterior, derivado de que apenas hace unas horas el mandatario Estatal ha anunciado una gira en la Unión Americana para demostrar la supuesta “narco elección” derivada de la intromisión del crimen organizado, en el pasado proceso electoral del 06 de junio. Así, mencionó que se reunirá con migrantes de California, donde les haría entrega de un informe del cierre de la administración, para posteriormente trasladarse a Chicago y por último tener una reunión en Washington, con organismos internacionales.
Como ya lo he mencionado en otros artículos, considero que la estrategia que el Gobernador ha trazado desde que se dieron a conocer los resultados electorales, ha sido caracterizada por una falta de seriedad, formalidad y de respeto a las atribuciones y competencias de las Instituciones que conforman al Estado Mexicano; es decir, es evidente que jamás ha existido en sus acciones, la intención de transitar por la ruta legal y/o judicial a fin de acreditar lo que tanto demanda; sino más bien, prefiere mantenerse en la ruta política, mediática –¿y porque no decirlo?– de una lastimera exhibición de la envestidura de mandatario que aún ostenta. Porque lo único cierto, es que las preguntas que siguen sin respuesta son: ¿Qué fundamento jurídico le faculta para trasladarse a otro país a demostrar una supuesta “narco elección”? o ¿Ante qué organismo pretende dar trámite a su pretensión?.
Por otro lado, se dice que la democracia tiene un precio y si bien, no podemos negar que el voto de los michoacanos radicados en el extranjero es importante; sin embargo, otra cruda realidad que ha sido afrontada incluso por las propias autoridades electorales, es que se esperaba que 117 mil michoacanos en el extranjero solicitaran participar en la elección de gobernador; no obstante, de acuerdo a los datos publicados en la propia página del Instituto Electoral de Michoacán, se señala que el total de los votos recibidos del extranjero, fue de 1,536; es decir, apenas el 0.0975% del total de la votación emitida.
Pero ¿Por qué me permito hacer referencia a estas cifras?, porque si bien la baja participación electoral de los connacionales en el extranjero, se debe en gran medida a la falta de credencialización de éstos, pues los indocumentados no votan, sólo ejercen su derecho los michoacanos que tienen “en orden sus papeles”; sin embargo, este fenómeno de abstencionismo se debe también al creciente desinterés generado por la falta de cumplimiento a los compromisos adquiridos por el Gobernador con el sector migrante, así como al abandono que éste ha sufrido respecto al mantenimiento regular y efectivo de los programas destinados a conseguir un estado de vida digno para este sector.
En ese sentido, yo creo que más de uno, desearíamos que la visita del Gobernador por la Unión Americana obedeciera más a la entrega de resultados de los compromisos que en su momento adquirió con los connacionales cuando buscó su apoyo; o bien, al cumplimiento de una agenda política respecto al fortalecimiento y colocación de los derechos de las personas migrantes en el centro de las políticas migratorias; o incluso, a la promoción de mejora en las condiciones de vida y de trabajo del sector migrante, independientemente de su condición jurídica; y no así, a una acción más, de esas que sólo han abonado al chantaje público y espectáculo mediático, que éste ha venido haciendo del proceso electoral.
