Viviana Mondragón Lazo
El escándalo político es un riesgo latente para todas las figuras públicas y en la era de las redes sociales son más frecuentes, más virales y podrían acabar con la reputación e incluso con la carrera de cualquiera. Según el clásico libro de John Thompson, los escándalos pueden ser de tres tipos: sexuales, financieros y de poder, o bien un potente coctel de los tres.
La diferencia entre morir en el escándalo y superarlo es cómo se reacciona ante las crisis que generan. En días pasados tres candidatos a gobernadores en México han puesto sus campañas en vilo a partir de un mal manejo de crisis frente a sendos escándalos en los que se han visto involucrados.
A Félix Salgado Macedonio, no solo el mal manejo financiero y legal de su precampaña tiene en suspenso su candidatura, eso sin mencionar las acusaciones por violación que hay en su contra; Clara Luz Flores ha caído en las encuestas de forma estrepitosa después de un escándalo causado por un video en el que se le veía con el líder de la organización, que tiene acusaciones de tráfico sexual y otros delitos; y el candidato a gobernador de Zacatecas, David Monreal, quien fue filmado en un video realizando tocamientos a una candidata a presidenta municipal de su partido.
El manejo de crisis supone varias reglas que son básicas, hoy me referiré solo a tres de ellas que en la era de la post verdad son imprescindibles.
Dar una respuesta. Para ello se requiere reunir toda la información al respecto del problema que provocó la crisis, resolverlo y fijar una posición pública que proporcione la versión propia de los acontecimientos. Creer que no dar una respuesta le quitara relevancia al escándalo es faltar a otra de las reglas, reconocer que existe, porque negarlo no es suficiente para desaparecerlo.
Si bien es cierto que siempre se ha recomendado evitar esconder la cabeza en la arena como el avestruz, en la era de las fake news y de la post verdad, eso es ineludible, pues de no hacerlo se deberá asumir el riesgo y costo de que la única versión que circula se convierta en la “verdad” de los hechos. No olvidemos el viejo dicho que dice “El que calla, otorga”.
Actuar con rapidez. Una regla que se recomienda siempre, pero más ahora es reaccionar de inmediato, entre más tiempo pase las especulaciones, diversas versiones, deformaciones o fake news podrían inundar las redes y generar una percepción generalizada y viral en un tiempo muy corto, por ello se debe posicionar con prontitud el mensaje de respuesta.
Una respuesta tardía puede ser incluso aún más contraproducente para salir de la crisis, pues ya no solo se enfrenta el problema original sino todas versiones posteriores.
Decir la verdad. En medio de una crisis, mentir solo agrandará los costos para el personaje público, pues si existen elementos probatorios de que miente, tendrá dos crisis, la primera y la causada por la mentira, y quedar como un mentiroso en el largo plazo podría significar que la reputación de dicha persona se vea dañada de forma irreversible.
En la era de la post verdad, aplica la frase aquella de que la confianza se pierde solo una vez, porque recuperarla es una tarea casi imposible, especialmente cuando la percepción que domina es que se tata de un mentiroso.
A pesar de que éstas no son todas las reglas para enfrentar una crisis ante un escándalo político, si son ineludibles en la era de la post verdad.
Los candidatos mencionados faltaron a una o varias de estas tres reglas: Salgado Macedonio cambió su versión varias veces, Clara Luz negó los hechos y fue exhibida posteriormente en un video, para salir semanas después a reconocer que mintió y David Monreal, en el exceso de confianza, negó que lo captado por el video fuera real, difícilmente quien le escuche pondrá por encima de lo que ve la versión que escucha, a menos que sus preconcepciones lo empujen a negar, ignorar o justificar lo que observa.
Un escándalo político y un mal manejo de crisis pueden acabar con la reputación, la confianza y hasta la carrera de una figura pública, prever los aspectos que pueden generar crisis, contar con equipo entrenado y profesional en ello es fundamental para controlar los daños, más en la era de la post verdad.