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LA REFORMA IMPOSTERGABLE

En los últimos años, México ha presenciado un importante número de modificaciones constitucionales, programas sociales ambiciosos, aumentos en las pensiones y la continuación de mega obras en el territorio nacional, sin embargo, a pesar de todos estos avances, la reforma fiscal sigue siendo una asignatura pendiente en la agenda política y económica del país.

En medio de la gran cantidad de modificaciones constitucionales, la implementación de más programas sociales y la proyección de obras de infraestructura faraónicas que se están desplegando en el arranque del segundo piso de la llamada «cuarta transformación», es esencial plantear y reflexionar sobre la necesidad de contar con un nuevo sistema fiscal más justo y equitativo.

Es importante destacar que una reforma fiscal en México es fundamental para garantizar una distribución más equitativa de la riqueza y promover el desarrollo económico del país. Actualmente, el sistema fiscal mexicano se caracteriza por ser regresivo, lo que significa que las personas con menores ingresos pagan proporcionalmente más impuestos que las personas con mayores ingresos. Esto genera una gran desigualdad social y limita las oportunidades de crecimiento para la población más vulnerable.

Además, una reforma fiscal permitiría al gobierno contar con los recursos necesarios para financiar programas sociales de manera sostenible y garantizar el acceso a servicios básicos como educación, salud y vivienda para todos los mexicanos. En este sentido, es fundamental que se implementen medidas que aumenten la recaudación fiscal de manera justa y eficiente, sin afectar la economía de las familias y las empresas.

La falta de una reforma fiscal también limita la capacidad del gobierno para invertir en infraestructura y proyectos de desarrollo a largo plazo. A pesar de las “opulentas” obras que se han desarrollado en el país en los últimos seis años, aún existen muchas regiones que carecen de servicios básicos y de infraestructura adecuada para su desarrollo. Una reforma fiscal permitiría al gobierno contar con los recursos necesarios para invertir en proyectos de infraestructura que impulsen el crecimiento económico y mejoren la calidad de vida de la población.

La reforma fiscal en México es una asignatura pendiente que debe abordarse de manera urgente para garantizar una distribución más equitativa de la riqueza, promover el desarrollo económico del país y garantizar el acceso a servicios básicos para todos los mexicanos. Es fundamental que se implementen medidas que aumenten la recaudación fiscal de manera justa y eficiente, sin afectar la economía de las familias y las empresas. Solo a través de una reforma fiscal integral y equitativa, México podrá alcanzar un desarrollo sostenible y mejorar la calidad de vida de su población.

En suma, una reforma fiscal es inevitable e impostergable, pero no una arcaica, primitiva y simplista reforma que solo cree nuevos impuestos o implemente aumento a las tasas o bases de los impuestos ya existentes. Dicha reforma, desde mi perspectiva no sólo debería de consistir en subir los ingresos tributarios a través de un mayor cobro de impuestos, sino que también debería enfocarse en: i) Mejorar la rendición de cuentas de los Entes Públicos; ii) En hacer más fácil y eficiente a los contribuyentes el cumplimiento de sus obligaciones fiscales; y iii) En la reducción del gasto público y en una estrategia del combate real a la corrupción en la administración pública.

Esta es la reforma que le urge a México y de la que nadie quiere hablar.

Al tiempo…

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